Balance de las movilizaciones del 8 de marzo de 2024

Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras

El pasado viernes 8 de marzo de 2024 miles de personas participaron en las múltiples movilizaciones callejeras convocadas a propósito de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Esta juntanza tuvo una amplia recepción y en ella confluyeron personas de distintas partes del país, los lugares de mayor participación siendo ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Una vez más y como en los años anteriores, las mujeres y disidencias de género del país manifestaron su rechazo por la dominación patriarcal en sus múltiples expresiones y para exigir y reclamar condiciones laborales dignas como población altamente precarizada. La movida púrpura de este año también fue una oportunidad para que cientos de personas extendieran su solidaridad con el pueblo palestino, el cual en estos momentos es víctima de un genocidio. El motivo de su apoyo es claro: defender la vida de las mujeres y de las oprimidas dónde sea que se encuentren.

En Medellín, la marcha principal se citó a las 2 de la tarde en el Parque de las Luces, sector La Alpujarra en el centro de la ciudad, y contó con la participación de alrededor de 5,000 personas según la alcaldía. Por otro lado, en Cali la marcha del 8M salió de la Plazoleta Jairo Varela a las 2 de la tarde hacia el Parque de las Banderas, en el occidente de la ciudad. En este evento participaron cientos de personas, al igual que las manifestaciones en ciudades como Barranquilla y Bucaramanga.

En Bogotá, la fecha se conmemoró en por lo menos 3 eventos distintos, 2 movilizaciones el 8 de marzo en la tarde-noche y una marcha el 9 de marzo en el sur de la ciudad. El evento de mayor participación fue la marcha organizada por la plataforma Somos Un Rostro Colectivo, la cual arrancó a las 5 de la tarde en dirección hacia la Plaza de Bolívar luego de la realización de una serie de actividades pedagógicas en el Ministerio del Trabajo ubicado en el centro-oriente de la cuidad. Tras su partida en la carrera 7 con calle 32, la movilización siguió su ruta por la carrera 13 y la carrera 10, subió por la calle 19 y avanzó por la carrera 6 hasta el punto final de encuentro. Allí la esperarían decenas de oficiales de la política “antidisturbios” antes llamada ESMAD (ahora UNDMO – Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden), ubicados sobre la calle 11 en la entrada nororiental de la plaza.

La convocatoria en cuestión contó inicialmente con la participación de por lo menos 6,000 personas, en su mayoría mujeres, adolescentes y niñas, a las que luego se sumaron alrededor de 3,000 personas más. Por alrededor de dos horas, las protagonistas de la conmemoración marcharon con consignas, arengas, batucadas, música, carteles y pasacalles alusivos a las violencias machistas que sufren y a la importancia de la juntanza para la defensa de la vida. Desde el Grupo Libertario Vía Libre participamos en esta convocatoria, resaltando la importancia de la resistencia a las medidas reaccionarias y de contrarreforma propuestas o promulgadas por la derecha y ultraderecha tanto en Colombia como en otras partes de la región.

Lastimosamente, a pesar de que la jornada de movilización fue pacífica y su desarrollo tranquilo y libre de conflicto, hacia las 19:08 el ESMAD (ahora UNDMO) atacó a las marchantes y defensoras de derechos humanas en la entrada a la plaza, empujando a varias mujeres, detonando 3 aturdidoras y lanzando gases pimienta. Estas acciones de represión de la movilización social y popular son inaceptables y prueba de la facilidad con la que el Estado brutaliza a las manifestantes como expresión, precisamente, de la violencia machista que convoca a las mujeres este y otros días. Como hemos experimentado los años anteriores, previamente bajo la administración de Claudia López y ahora la de Carlos Galán, la policía agredió de manera no-provocada y “desmedida” una protesta pacífica, protesta que, cabe señalar, contaba además con la presencia de niñas y adultas mayores especialmente vulnerables a estos tipos de agresión física.

Por último, y como si fuera poco, las organizadoras del evento denunciaron haber sido hostigadas por la policía en su camino hacia la estación de bus para tomar transporte y desplazarse hacia sus hogares. Este hostigamiento fue sucedido por comentarios estigmatizantes emitidos directamente por la administración distrital, que además de mentir sobre el desarrollo de eventos – registrados en video – responsabilizó a las mujeres del uso “excesivo” de la fuerza en su contra por haber participado junto con sus hijos e hijas. Desde Vía Libre rechazamos la restricción a la libertad de protesta o el condicionamiento de la misma, defendemos la necesidad de que las calles sean espacios seguros para todas, y nos unimos al llamado por defender los espacios conquistados por los movimientos populares a lo largo de los años.

Asimismo, condenamos rotundamente el actuar de la fuerza policial, tanto al agredir directamente la marcha, como al perseguir a sus organizadoras, pues repudiamos el uso del miedo y la persecución para reprimir la protesta social. La protección de la vida e integridad de las mujeres y disidencias de género no debe estar condicionada por la protección de la propiedad privada o los “bienes públicos”, así como tampoco debemos permitir que la alcaldía restrinja la participación de niñas y personas de edad para sentirse con el derecho de agredir la marcha.

Finalmente, destacamos la importante asistencia de las mujeres, disidencias de género y demás personas a los eventos convocados en el país, reconociendo un destacable incremento en participación relativo a los años anteriores. De hecho, su tamaño no tiene precedentes; la marcha en Bogotá siendo quizás una de las movilizaciones de mayor confluencia unitaria que hemos visto en las últimas décadas. Las movilizaciones masivas que presenciamos el 8 y 9 de marzo son producto de una sensibilización de cientos de personas a las luchas anti-patriarcales promovidas por las mujeres a lo largo de la historia. No obstante, la orientación específica de la movida sigue siendo difusa, de modo que no queda claro el lugar del cuestionamiento a la división de trabajo, y de las luchas por el reconocimiento del trabajo feminizado y/o la dignificación de las trabajadoras precarizadas.

Hoy como ayer ¡Arriba las que luchan!